Llegan a los
transportes públicos e implantan una psicología a los usuarios
Ayer
salí muy temprano a reunirme con mi grupo hacer un
proyecto fotográfico para entregarlo en
la cátedra de fotografía de la universidad, el sitio
donde estábamos tomando las fotos era en una locación en la
Avenida Libertador, a la altura de colegio de
ingenieros, ahí estuvimos hasta las tres de la tarde. Cuando salimos de la locación los que
no teníamos carro nos montamos en un transporte público que
iba dirección al este. En el trayecto, cuando vamos a la altura de
Chacao se montan 2 sujetos, con un léxico muy usado en
las cárceles de Venezuela, diciendo que ellos querían una
colaboración, porque ellos estaban "pegados” uno de ellos saludó
al chófer diciéndole "piloto", y nos dijo
que colaboráramos así por las buenas si no querían que
fuera por las malas.
A mí
me dio mucho disgusto y a la vez miedo, tenía mi celular y mi cámara en el
bolso, me calmé y ni saqué un Bolívar para dárselo. todos estaban nerviosos y preocupados, tanto
que una de mis compañeras le dio un billete de
50 bolívares porque fue el primer billete que consiguió en su
monedero, así pasó con una buena parte de las personas le daban
cantidades de 10 y 20 bolívares y recuerdo que el que metía el terror
le pregunta a su compañero "¿cómo se portan causa?" y el que estaba
recogiendo le respondió "tranquilo no hay mente por aquí todos
se portan bien", queriendo decir que no hiciera nada que todo mundo estaba
dando dinero. el que recogía decía "tienen que colaborar porque nos
mataron a nuestra causa".
Todo
ha venido muy mal, recuerdo cuando hace unos seis, siete
años, los pedigüeños se montaban y decían cosas como "tengo
a mi hija enferma", "no tengo trabajo" o
simplemente tenían una serie de exámenes médicos donde
estaba diagnosticada una enfermedad grave y eran humildes
llegaban echando bendiciones y pedían algo a los usuarios de los
transporte públicos. Ahora llegan hablando feo, aterrorizando
con palabras y amenazando.
Estas son las cosas que quiero que no sigan sucediendo en
nuestro cuidad, tiene que haber más educación, valores, estas cosas se
pueden cambiar, y tenemos que cambiarla cada uno poniendo un poco.
Es una anécdota desagradable de la Metrópolis que quería
contarla...
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